Gran fiesta tiene el infierno con todas sus calaveras.
Tanto el viejo como el tierno van a dar a las calderas.

04 diciembre 2010

Adolescente: Reservado el derecho a queja.

- Hola, soy un adolescente. Soy único, estoy completamente seguro de que nadie siente lo mismo que yo. Lo que yo sufro no lo sufre ningún otro. Soy el primero que se ha tenido que enfrentar a esto y, seguramente, el último. Soy tan diferente a los demás que prácticamente son escoria en comparación. Yo he pensado cosas que los demás no se les ocurriría jamás. Por supuesto mi punto de vista es el mejor y quien no lo siga al pie de la letra está completamente perdido en su vida. Todos los demás son felices e idiotas en consecuencia. También está claro que ninguna otra persona siente la soledad como la siento yo. Tampoco nadie quiere realmente a su pareja excepto yo. Odio a la gente que insulta a las espaldas, aunque yo no dejo de hacerlo porque es divertido. Realmente soy muy diferente del resto de los adolescentes, tengo unos dotes especiales en comparación. Suspender, aprobar,… ¿qué más da? Si yo no estudio, es porque me parece una pérdida de tiempo y todos los que hacen dicha acción son idiotas. Si yo me centro en los estudios, aprobar es la base de cualquier persona. La gente que no estudia lo mismo o no aprueba son basura que abarrota el sistema educativo. Por supuesto soy de una forma de ser única y heterogénea del resto. Si ellos son una pizza yo soy el borde. Por supuesto, soy tan popular que todo el mundo conspira contra mí. Si me encuentro con cualquiera en la calle se que van a hablar inevitablemente de mí porque, lógicamente, soy el centro de todas las atenciones. Ellos no tienen nada mejor que pensar. Es normal que me discriminen, soy diferente y no me entienden. No se han dado cuenta de que mi forma de ser es la perfecta y que ellos están perdidos en su idiotez, de la que no saldrán jamás porque no saben pensar. Realmente soy muy maduro para mi edad, más que el resto. Si alguna vez doy una muestra de inmadurez es porque mi humor es infinitamente superior al suyo y ellos no le encuentran la gracia a lo sublime de mi comedia. Están en otro escalafón, qué le vamos a hacer. Por supuesto, cualquier otra cosa por la que me puedan acusar de inmaduro es una idiotez por su parte, porque ese hecho no es inmaduro, los inmaduros son ellos que no saben ver al madurez del hecho citado. Tampoco pueden ver a tres palmos de sus narices. Creo, no, estoy seguro de que solo tres o cuatro personas de toda esta gente se da cuenta del mal que hay en el mundo. Por supuesto yo conozco toda esta problemática gracias a mi intelecto superior y visión sabia del mundo, cosa de la que ellos carecen. Y aunque lo supieran, no se quejan, no hacen nada para remediarlo. Si alguien hiciera algo, yo también lo haría, pero si me lanzo yo a la aventura nadie me seguirá porque me odian por ser infinitamente superior a ellos y me quieren marginar. Yo siempre me estoy quejando sobre las injusticias del mundo, que casi siempre se centran en mí y soy el que más las sufre, pobre niño desarrollado viviendo en una casa de lujo de una familia de clase media en un país capitalista y democrático. Odio a la gente que se está siempre quejando de todo. Creen que han descubierto una cosa nueva y ya la sabía yo. De todas formas, aunque no la hubiera sabido, me habría bastado unos minutos de reflexión para darme cuenta, cosa que al descubridor le habrá costado meses de meditación. Pero si hay una cosa que odio de esta sociedad más que nada y que, por supuesto, me afecta especialmente más a mí, es la gente que se cree superior a los demás.

- Tú eres idiota.

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