Gran fiesta tiene el infierno con todas sus calaveras.
Tanto el viejo como el tierno van a dar a las calderas.

06 agosto 2008

Tengo- Tengo la camisa rosa

Tener un sobrino de tierna edad (casi 5 añitos, como el calvorota de Calliu) me hace ver lo mal que va la sociedad, esta que nos ha tocado vivir, mediante él. De sus manías notables, me gustaría destacar tres exactamente.

- A la más mínima oportunidad enseña el culo o el aparato reproductor bajándose los pantalones y los calzoncillos, y al parecer debe ser una especie de chiste superior buenísimo porque se parte la caja en cuanto lo hace. Esta manía de exhibicionismo tiene una fuente, vio a hurtadillas un capitulo de Shin-Chan. Esta costumbre tampoco me importa demasiado porque a los 7 años la promiscuidad infantil se corta tajantemente, a riesgo de marginarte.
- Una costumbre (y la más extraña desde mi punto de vista) es un extraño código de lenguaje, para el que no lo conozca, paso a describir: se trata de decir palabras que no existen en ningún idioma conocido y además darle entonación yanqui. Resultado: parece sufrir un retraso mental momentáneo. ¿Fuente? Desconocida para mí, pero dado que los celos que le tiene a su hermano menor (poco más de un año) trata de imitar los balbuceos que este desprende.
- El color rosa. Ayer sorprendí a mi sobrino llorando fuertemente porque su madre le obligaba a ponerse una camiseta rosa. Ni los argumentos de mi señor cuñado ni las amenazas de mi señora hermana le hicieron cambiar de opinión, respaldándose en la excusa de que le van a decir que era una chica. Ding, diana. Si da la rarísima condición de que alguna de la estupendas hembras humanas de mi clase de 3º de Eso, en especial el grupo de ellas que me creía machista (por unos pormenores que no merece la pena ni nombrar), decide leer este blog, seguramente pensará que he sido yo el que ha inculcado estos valores en mi joven sobrino, pero en fin, no voy a darles explicaciones, directamente no se las merecen por superficiales y machistas (ellas). Es extraño el fenómeno de la camiseta rosa, y de este solo puedo pensar que lo ha aprendido de sus compañeros de preescolar. Pero de todas formas me parece muy extraño que este arcaico vestigio del imperio Sith de la religión apostólica-románica siga vigente. Como me interesa mucho el tema, seguiré investigando.

Gracias por la atención de nadie, Aggalem.

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