Tristes antiguos textos

De ángel a demonio

Fuertemente sus alas batía,
Desde su cielo vigilaba.
Completamente lleno de energía
Con ánimo la vida alentaba.
Gozaba del gran honor
Que era ser ángel de amor.

Pero los humanos no entienden
Y ellos siempre envidian
Temen lo que no comprenden
Y solo por ira vivían
Decidieron a la amenaza atacar
Y, sin más, hiciéronle matar.

A cañonazos sus alas rompieron,
El volar se había acabado.
A golpes su alma destrozaron
Con todo lo que él había amado.
Su bello cuerpo atraparon
Y a la hoguera le lanzaron.

Entre llamas ardía
Su vida se escapaba
Muy lentamente moría
El fuego se enroscaba.
Pero dejó de sentir calor
Y ellos sintieron temor.

Blancos en rojos se convirtieron
Demoniacos sus cabellos se tenían.
Cuernos en su cabeza nacieron
El amor en ira se convertían.
Dejó con dolor de amar.
Por muerte, comenzó a odiar.

Nuevas formas salieron
De lo que al fuego habían arrojado
Los débiles humanos temieron
La abominación que habían creado.
Y con pavor corrieron
Del nuevo diablo huyeron

El fuego en sus ojos se veía
El odio en su cuerpo habitaba
Nadie en su estupidez advertía
Lo que la envidia creaba
De la batalla sintió el clamor
Y los infelices sentían el horror

Los idiotas mueren
En su estupidez caían
Sin entender perecen
Sin comprender morian
Los humanos lloraban al contemplar
La destrucción que podía crear.

Sin entender murieron
Y los habían sobrevivido
Con miedo contemplaron
El nacimiento del ángel caído.
Todos sin entender cayeron
Y en su ignorancia se pudrieron.

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Poesia hallada en mi agenda de 4º de la ESO, redactada en uno de mis momentos de mayor empanamiento (la clase de mates).

Días grises

Cuanto más libre te sientes, más te atrae. ¿Crees que has salido del abismo? No mires abajo, verás que no has trepado nada, te entrará vértigo y caerás abajo, más aun que antes. Cuando creas que has llegado al fondo de la depresión, se rompe el suelo y sigues cayendo. Quizás, alguna vez, alguien te tienda una mano para salir del agujero. ¿Aceptar? Depende de cómo sea la persona, pero creo que casi siempre cumple su cometido. Te ayudará, te dará calor para tu helado corazón. Proporciona vida a tu maltrecha muralla. Pero ¿a qué precio? Dependerás de esa persona para ser feliz, pero esa persona nunca ha aceptado un contrato que la obligue a abrazarte, ni siquiera a hablarte. Mucho peor si esa persona, además, te toma cierto cariño e, incluso, te sacan de casa y, momentáneamente, aceptarte entre su gente. En el momento en el que te retire un poco de atención, el contraste será como una espada. Te hundirás. Te dijo que eras la única persona en la que confiaba. Te interesaste por esa persona, pero esa persona dejó de preocuparse por ti cuando vio que vivías mejor. Estabas feliz, pero era temporal. Los celos te consumen al abrirte al mundo y recibir patadas de todos. Cuenta el cariño que te da a los demás y, si es superior al que te da a ti, lloras. Llorarás océanos de paz. Dependes. La droga de las personas, la adicción al cariño, la necesidad de amistad. Poco más hay que decir, un dolor indescriptible, una agonía incesante. ¿Existe solución? Aun no la he encontrado…

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Texto encontrado en la agenda de 4º de la ESO, escrito en uno de los peores momentos de mi vida... que recuerdos...